Hola querid@ lector@ en la actualidad, uno de los temas más interesantes y polémicos en el mundo infantil es la superdotación o altas capacidades y las "etiquetas diagnósticas" tales como hiperactividad o Asperger.
Personal y profesionalmente, me gusta valorar y conocer el mundo del niñ@ para que me facilite la comprensión y de desde ahí diseñar el tratamiento y poder ayudarle a mejorar su calidad de vida. Pero a veces sin querer, al diagnosticar a una persona, y especialmente un niñ@ podemos condicionarle para que se comporte de una determinada manera (siguiendo el patrón que marca el DSM-IV-TR).
L@s niñ@s son impredecibles, creativos y sorprendentes, de ahí que ellos mismos tengan los recursos y la capacidad para evolucionar y cambiar en muchos ocasiones de forma sorprendente y saliéndose de las "categorías diagnósticas". Por este motivo, te invito a realizar una reflexión, y tomar esas "etiquetas" como una ayuda que nos faciliten la comprensión de ese momento evolutivo del pequeño, y no para que sea etiquetado o condicionado.
Retomando el título del post "Altas capacidades y Asperger", como bien sabemos un niñ@ con altas capacidades o superdotación está muy evolucionado a nivel intelectual, pero su mundo emocional no va al mismo ritmo, esto se denomina disincronía evolutiva. En ocasiones podemos observar como el pequeño puede compartir algunos rasgos con la categoría diagnóstica denominada Asperger, pues a veces la superdotación y el Asperger se dan en la misma persona.
A continuación, os doy una claves para que podáis diferenciar cuando el pequeño puede requerir una evaluación de Asperger y cuando esas características de disincronía evolutiva entran dentro de lo esperado para los chic@ con altas capacidades o superdotación.
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